Ya es de noche nuevamente
en el cuarto vacío no tengo paz,
los pensamientos me atormentan
y salgo a caminar por las calles,
Quizás la luna me dé respuestas
miró fijamente su redonda claridad,
mientras se pierde lejos la silueta
de un alma abandonada al silencio.
En aquel patio aún quedan vestigios
de grandes promesas de amor eterno
una vieja silla con sus tablas rotas
y el árbol de los besos ya casi muerto.
Miguel D. Gómez -Argentina-
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