Si viviera en el Centro y no en las Colinas
rodeada de plazas rosas de cantera
jardines que descansan bajo la sombra
de edificios coloniales
y sueños mejores.
La clase media es tan opresiva
y hace sufrir a mis hijas
Las llevo a la panadería
comen chocolates y gelatina
Me miran
ríen
veo un agujero en sus ojos.
El insomnio se llama Medea
aprendo a encantar serpientes
mi calma idílica es dormir abrazadas
hot cakes al despertar.
Solo caramelos ofrece el mundo
a la inocencia
Entregarlas como esclavas
con sus dulces intenciones
Saciar su hambre predadora.
Son tan lindas
melenas sueltas
cabecitas de cristal
para mirar al interior
ese instante que se alarga
sin dolor.
Juego con las niñas y el martillo
luego la soga
Larissa Calderón -México-
Publicado en Periódico de poesía 96
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