Un ojo desorbitado
busca cauce;
otro ojo
nada busca
o busca poco,
pero dice lo suyo
y lo repite.
Un labio desolado
muestra
sus dientes,
sus pendientes,
en la puerta
abierta
de un negocio.
Del poemario "Bocas baldías" de
Eduardo Dalter -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor
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