Subyugante en tu ausencia, esperanzada
espera de tu llegada presentida
nunca en sueños preví que tu partida
se produjera, pues aún no eras llegada.
Cuando ¡por fin! amada, apareciste
tras prolongada espera, con tu risa pronta
para calmar mis llagas de angustia remota
recién llegada, amor, ya me quisiste.
Y aunque tus besos fueron, al principio, esquivos
por tus temores de un futuro incierto
de tu cariño eterno estoy tan cierto
que esos desaires no me parecerán mezquinos,
porque mi amor por ti nació sincero
superaré las trabas que pone el destino
pues bien se yo que obras así por tino
y un día dirás que fui tu amor primero.
Vivo el presente en forma tan intensa
desde que conocí este amor perfecto
que ayer fue nunca a este solo efecto
y mañana siempre, por esta dicha inmensa.
Y si en la noche de aquel tiempo ido
acongojado estaba por tu larga ausencia,
hoy me conforta tu sola presencia
y mañana amor, tan solo amor te pido.
César Tamborini D. -Argentina-
Publicado en Estrellas poéticas 56
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