Nada tengo.
Ni las palabras,
ni el ruido de la ciudad,
ni una llamada del INEM.
No tengo esperanza, ni plaza de garaje,
ni las Perseidas, tampoco el invierno.
Me faltan años, me faltan estudios,
me faltan poemas
No tengo memoria, no tengo tiempo,
no tengo voz ni voto.
No tengo ingresos, no tengo sueño,
no tengo plato de ducha, ni cartas en el buzón.
Ni discos de vinilo, ni religión,
ni hipoteca, ni juanetes.
No tengo blog, ni menú del día,
ni pasaporte, tampoco vergüenza.
Me faltan viajes, me faltan libros,
me faltan horas en el día.
No tengo nada, entonces,
no tengo miedo.
No tengo excusa.
MARÍA CARVAJAL -Mérida-
Publicado en Luz cultural
No hay comentarios:
Publicar un comentario