Las naves ya estaban alistadas para invadir, solo faltaba la orden de Felina Black.
El Emperador (un gato Bombay) mientras se relamía los bigotes suspiro.
— Quiero todos los hígados rebozados en forma de corazón.
Felina Black sonrió, con un ronroneo muy sensual le susurro en la oreja al Emperador.
—Pronto la tierra quedara devastada y los humanos serán un sabroso recuerdo.
Apretó el botón rojo, iniciando la cuenta regresiva 3…2…1…
Patricia Mónica Loyola (Argentina)
Publicado en la revista digital Minatura 154
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