Eran sus ojos el escondido misterio
que descendía como un aleteo de mariposas.
Y eran un salteador de caminos
que como oleaje de espuma y cielo,
de pajarillos risueños y golondrinas, salpicaban el cielo.
Y escondían como entre callejuelas recónditas
el deseo y la risa y la vida.
que descendía como un aleteo de mariposas.
Y eran un salteador de caminos
que como oleaje de espuma y cielo,
de pajarillos risueños y golondrinas, salpicaban el cielo.
Y escondían como entre callejuelas recónditas
el deseo y la risa y la vida.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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