EN LO PROFUNDO DEL HADES

Mira el manto que en la tarde las alondras van tejiendo.
En sus picos la cosecha del sembrador aguerrido,
se vuelve alimento y prez, se torna vida y sustento.
Campos de espigas, floridos, son los almendros gloriosos.
Y sangra la tarde al ver que la noche en nuestras almas,
clama pidiendo veneno para nuestra copa amarga.
¡Rompa la vida el ensueño!... ¡Que nada ya nos detenga!.
Se vive y muere a la vez, cuando el verbo resucita.

Rotos van los alamares de ascender hasta las cumbres.
El Partenón ya no es honra, que es castigo de las frentes.
Y en las aguas de la Estigia llora el grito de ansiedad
de aquel que amó y que perdió... De quien ahoga sus penas
en lo profundo del Hades para renacer mejor.
Solo recuerdos incautos le mueven y le contemplan
cuando salen de su cuerpo cual trampantojo en el aire.
Y al son de la calma, en noche, que de día se disfraza,
ya sin dolor, sin nostalgia, versa en el blanco destino
otro caminar cual ave que desterrada y sin canas
resurge limpia de estigmas en la templada mañana.

Carmen Azparren Caballero