lunes, 20 de febrero de 2017

EL MÁS HERMOSO


-Madre, me ha salido un grano en mi bella cara.
-No te preocupes, hijo, mañana iremos al galeno y te preparará una pócima que te lo quitará.
-Gracias, madre.
-Ya sabes que siempre te cuidaré y protegeré para que crezcas siendo el más hermoso de todos.
-Padre dice que lo que importa es la inteligencia y que como hijo suyo debo conocer el sonido de las aguas, y yo, madre, aunque me bañe en el río y me mire en su espejo, no puedo entender su lenguaje.
-Hijo, el agua se mueve, la corriente no la deja estar quieta, y cuando veas el mar te darás cuenta que las olas son distintas. Algún día, cuando al ver tu belleza se detengan, entonces comprenderás todo.
-Madre, no me dejes nunca.
-No lo haré.
-Pero padre quiere que conozca a una mujer.
-Todos los padres quieren ver a sus hijos con una mujer.
-Pero yo no quiero.
-¿Y quién es ella?
-Se llama Eco.
-Es hermosa.
-Yo lo soy más y no la quiero; dile tú que se aleje de mi.
-Lo haré.
-Yo soy el más hermoso, el único.
-Pero Afrodita puede enfadarse.
-Que lo haga, no me importa. Yahora llévame a un río que no corra.
-Eso es un lago.
-Llévame entonces a un lago.
Clava sus ojos en el agua, que permanece inmóvil, y el reflejo de la misma llega a él, enamorándose de la imagen, y desde ese instante no puede permanecer apartado de la orilla, enamorado como estaba de aquellos ojos que le miran cuando se acerca al agua, de aquel rostro que aparece con el grano
difuminado.
Narciso muere de pena por no poder acariciar aquellos labios, aquellas manos que cuando las toca se mueven dispersas por el movimiento de las aguas.

Francisco Bautista Gutiérrez 
Publicado en la revista Aldaba 32

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