Nací para pensar, y pensé ¿para qué nací?
Nadie entiende como nada,
puede acabar siendo algo.
Una cosa es vivir del pasado,
y otra, tener amenazas de melancolía.
SOLA ante la inmensa SOLEDAD,
acaricio el SILENCIO de su compañía.
Yolanda Aldón -Barcelona-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 54
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