martes, 4 de septiembre de 2012

NECESITO TU ABRIGO


Cómo sentir la paz sin Dios contigo,
Dios creador, eterno y verdadero.
A Cristo estoy clamando y tan certero
que al mismo Dios lo pongo por testigo.
Sé que de noche y día está conmigo,
sé que me balancea cual velero
y en días de tormenta y desespero
en sus brazos me toma y me da abrigo.
Entonces Dios, a qué viene este duro
tormento de vivir si tan lejano
te siento y paz me falta en la mañana.
Es dolor lo que siento y es tan puro
que ya grito: ¡Te quiero aún más cercano!,
¡llaga mi corazón!, ¡clava en la diana!

Isabel Díez Serrano. España
Publicado en la revista Oriflama 20

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