LA LLAMADA DE LA MUERTE

La muerte nos reclama desde niños
pero no sabemos escuchar,
pensamos que lo cierto es inmortal
y lo cierto es lo cercano al ombligo.
Nos reclama en nuestra juventud
pero no queremos escuchar,
confiamos tanto en el azar
y el azar nos da cien caras y una cruz.
Nos reclama en nuestra madurez
pero no podemos escuchar,
debemos tanto mediar
y mediando aplazamos la vejez.

La muerte nos reclama de mayores
pero no podemos escapar,
sabemos que llegamos al final
y al final no somos más que desertores,
renegados de lo vulnerable,
escapistas de lo inevitable
y al final no somos rocas sino flores
que al brotar no quieren saber
que la vida se terminó al nacer.
La experiencia solo escribe en la conciencia
que nacemos muertos en verdad
y al vivir morimos más
y al morir solo termina la existencia.

Gustavo González