lunes, 17 de septiembre de 2012

HAGO MÍA LA LUZ


ESE que dice
          y calla
         cuanto dice,
que arrodilla
su voz,
se incrusta en el balido,
desfallece,
acaba en los desagües
de la noche,
ignora que hay un hombre
en sus entrañas,
una rosa de carne
en su cerebro,
hipo decimonónico,
       cero,
columna imberbe
del temblor
que escupe la verdad
del universo,
        las aspas
del molino
donde la harina en flor
de la palabra
se debate en el foso
inquisitivo,
descubre el grano azul
de la verdad,
edifica los montes
donde los ojos verdes de los campos
desangran
    la alegría
de los frutos,
extienden
   su color,
sus vivos
esmeraldas,
      sus colinas
hacia el gemido
abierto
de los mares
contra el sordo arrecife,
  la traición,
contra aquel
que nos dice
callando
 cuando dice,
goma, tortura lenta
      del verbo
que amasamos,
mentira
deformada,
verdad
que así
desmiente
la hora
de la vida,
y come
y dice
         y calla
cuanto dice.


José María Millares Sall Las Palmas de Gran Canaria - 1921 - 2009
Publicado en la revista Isla Negra 322



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