domingo, 23 de septiembre de 2012

DIME VIENTO


Porque tiemblo me dices junco,
me dices roca si no te siento, viento,
informe, sin acordes,
al capricho de los dioses.
Violento, desafiante,
ruges terco y dominante.
Afable, susurrante,
tierno rumor vacilante.
De los montes reclutado
en vanguardia hacia los llanos,
de los mares aliado
y en mi costa refugiado.
Arquitecto de mis dunas,
el telón de cada luna.
Noticiero de otras voces
y la mía apenas reconoces,
dime viento.
Si al llevar mi sentimiento,
mis caricias y mi aliento,
dime viento
si te enredaste en sus cabellos,
sus mejillas y su pecho,
si erizaste su piel dime viento.
Si intimaste con su aroma a miel, viento,
callado viento, querido viento,
si abrazaste algún suspiro,
si era amante o compungido,
si sus labios te inhalaron,
si te hablaron, si te hablaron,
dime viento,
que me asfixia la impaciencia,
te concedo la indulgencia
si en tu voz yo descubriese
una brizna complaciente
que responda levemente
a mi verso ardiente,
si en tu soplo yo inspirase
cada una de sus frases,
los sonidos que me calmen,
los susurros que me abracen
te juro viento
que tuyo será mi aliento,
que serás rey de mi cielo,
que no dudará mi anhelo
en ser tuyo por completo.
Pero callas viento,
pero callas y estoy hambriento,
pero callas, dulce viento
y este mundo es un desierto
donde entierro mis deseos,
donde escribo un réquiem eterno
porque callas, porque callas viento
sin respuestas, siento
porque nada espero sino viento,
porque nada quiero si no siento,
más que soñar con su recuerdo
Y acostarme en su silencio.

Gustavo González 

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