la fe no nutre al hueso
es al revés
mi boca es una cueva
un horno de carbón
cuando duermes y no roncas padre
me acerco taconeando
y te mastico
trago de tus piernas
me atraganto
sé
porque me lo repitieron
que de vos nacen los panes
sé
que no está bien
nutrirse del fracaso
del que te parió
me escondo fácil
con mis tres pulgadas de estatura
y te pido que no sueñes
por piedad
Del libro El secreto de las polillas urgentes de
ELISA GAGLIANO
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