A solas con sus recuerdos.
A solas, camina sin descansar.
Olvidada y en penumbras, sola,
camina la soledad.
No existen las rosas ni su perfume
en el sendero del más allá.
No existe hálito de rocío
que la quiera acariciar.
No tienen alma los versos,
ni los poema compás.
Escarcha son sus manos blancas,
borrascas codician su alma de coral.
Vaga sola por la arena, sólo las olas
rozan sus pies desnudos, de igual soledad.
El mar la espera con su murmullo
de espuma, sal y arena, sola bajo la luna,
escondida entre las nubes que las acosan
cortejando su soledad.
Siempre a solas y en penumbra…
caminando va la soledad.
Juana Campos Cortés
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