Una vaca jabonera pasta en los pardos encinares
y a nuestra memoria llegan la vista de los pardos encinares
de "Parchite" la sangre escapa de las ubres
el paisaje es muerto por un rayo.
Como todas las vacas, insiste con su rutina,
espantando el aburrimiento y las moscas,
mientras el humoso tren pasa;
dejando una estela de humo de Setenil a Ronda.
La vaca se pasea por un paisaje pajizo
con más pena que gloria, mientras nosotros
seguimos escuchando sus lastimeros mugidos;
nuestra memoria pasta ahora en esa triste soledad.
El paisaje deja un eco reflexivo
en nuestra aturdida memoria,
y las palabras cambian de nombre
constantemente mientras reflexiono
sobre estas páginas en blanco.
La vaca pasta ahora junto a sus compañeras,
bajo los robles y las pardas encinas,
que ya dan señales de las tempranas montaneras;
las palabras se amontonan sobre ellas.
El lenguaje se burla de ellas y de mí,
yo queriendo darle forma a este poema
y las musas burlonas por los aleros
de los tejados mofándose de mí...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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