Caminaba absorta en mis pensamientos
melancólica y triste, esperaba encontrar
un mensaje tuyo, pues no perdía le esperanza
de este reencuentro, antes bien, crecía en mí la
ilusión de este momento, de saber de ti,
de volverte a ver.
¡Recuérdame! Fue lo ultimo que te dije,
aunque tengas que emigrar, no me vayas
a olvidar. Amigo, tu recuerdo en mí está,
anoche sin querer, dormí llorando, la
emoción me está embargando, pues este
reencuentro ya me está emocionando.
Déjame decirte querido amigo
que tu templanza me ha ayudado mucho,
me ha ayudado a ver la luz cuando
la oscuridad se empeñaba en ser mi
aliada.
Me ha dejado la oportunidad de
ver la armonía que la vida nos
ofrece y la paz que puede
albergar mi alma.
De pronto escuché el canto alegre
del gorrión que con ternura enamoraba
a su amada al pie de mi ventana, era
el mismo que todas las mañana me despertaba.
Y comprendí que este momento no lo
cambio por nada,que hay que saber valorar
lo que la vida nos comparte y regala, el valor
de la amistad no se paga con nada, pues es
tan incondicional, entrega, amor, fidelidad.
Y aquí espero ansiosa tu llegada.
tu amiga de siempre, que solo una sonrisa
te regala.
Cesire Alegría
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