Cada anochecer se resguarda
nuestro amor, en la calidez
de nuestra entrega.
¡Ay, mi cielo!
Que momentos quemantes.
Antes… mis noches eran frías;
pero hoy, son hogueras encendidas,
¡Vida mía! Habitas en mis sueños,
haces de ellos torbellinos
de pasión ardiente.
Me impregnas de sentires y
me atrapas con tu magnetismo,
hechizando mi alma.
¡Me Derrite!
Tu fortaleza; es enorme,
tus manos son brasas
fundiendo mi cuerpo,
¡Cuándo te veo!
Cada suspiro es una sinfonía,
derrites mis sentidos con tu boca
al murmurar en mi oído tu delirio.
¡Disfruto!
El desenfreno de tu tormenta y
la fiereza de tu brío, al sucumbir
en nuestra fogosa unión.
¡Me despierto!
Amor mío, susurrando tu nombre
en cada amanecer y doy gracias
de que a mi lado tú estés.
Magali Aguilar Solorza -México-
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