martes, 16 de febrero de 2021

NACIMIENTO DEL TANGO


La luna vertical que se lleva el alba

y que vio surgir y enajenar a tantas cosas,

el mar que se condensa en el Río de la Plata,

la calle que olvidaste nombrar cuando después,

a la música, agregaste las palabras,

te oyeron salir de la nada quizás en una flauta

que se detuvo asombrada, tal vez

en la melodía distraída de alguno.

¿De qué susurro y latido, de qué silbido sin rumbo,

de qué cadencia de pasos por qué calles apagadas

nació el tango, de qué silencio de hombres solos?

El negro bozal y el criollo amargo

que despedían su tiempo

y los rubios pobres que bajaron de los barcos

y el campo en la ciudad, con la ternura

y el dolor y la noche y el espanto

fueron tu cuna y tus primeros pasos.

Alguien oyó el destino de unos acordes

perdidos en los rumbos de otras armonías

y los reunió convertidos en la primera milonga.

Ella acunó, madonna maleva, en sus brazos

tu lágrima más joven, tango.

Del libro La tarde del elefante y otros poemas de LUIS BENÍTEZ

Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 44



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