miércoles, 17 de febrero de 2021

EL AROMA SENSUAL DEL CAFÉ DE ALEJANDRA


Dicen las gentes, que a veces somos lo que nosotros queremos ser, o más bien, lo que el destino nos tiene preparado para golpearnos y en cada momento de su travesía arrancarnos un suspiro;

Aún todavía queda aquel que dice, todo lo que el destino te da es precisamente lo que te has labrado.

Pero de eso habría mucho que hablar...

Pero sea lo qué sea, hay personas que siempre tienen la cola atizadora del aire en su contra, y Alejandra era una de ellas, sin quererlo ni motivarlo, se encontró sola y confusa con su afanado destino.

Aquella noche mientras Alejandra dormitaba, a su mente solo le venían y le iban las tragedias, llegó un momento que no sabía si estaba soñando o era la realidad de su triste y lamentable vida...

Pero en aquel maldito sueño, sus labios carnosos y provocativos quedaron inmóviles sin poder despegar ni una leve sonrisa;

En aquel sueño se presenciaba la tragedia de todos los momentos rotos y desafortunados por el confuso miedo, donde el corazón solitario y desamparado iba y venía por la vida de Alejandra...

Aquella mañana Alejandra, se levantó con su cara llena de espanto, cuándo se miró al espejo hasta ella se enojó sorprendida, de ver aquella mujer malhumorada que en aquel traslúcido espejo se reflejaba;

Alejandra no quiso quedarse a contemplarse, se puso lo primero que encontró en el armario, no sabía si los colores eran acordes con sus zapatos o conjuntados con su vestido, o si eran rojos o amarillos; pero en ése momento era lo que menos le importa Alejandra...

Se echó a la calle desesperada buscando un sitio para tomar un simple café, que despejará su mente de aquella noche cansina y desastrosa...

Y caminando con su cabeza cabizbaja, encontró por fin un pequeño bar que estaba en la cercanía, el aroma de un intenso café se apoderó de su olfato, llevándose su alma hasta aquel tugurio sucio y lleno de rancios olores a cigarrillos húmedos y ambiente viciado;

Pero no le importo su mala presencia, el aroma de aquel café podía más de lo que sus ojos presenciaba, se sentó en el taburete que estaba junto a la barra, y dejó que el camarero adivinara lo que ella quería, sólo le bastó una mirada y al instante tenía su taza de un sabroso café ante sus ojos;

Cogiendo la taza de café se la llevo a su nariz, olfateándola intensamente y dando un gran suspiro de alivio; y sentada en aquella barra desgastada y descolorida por el paso de los años, se la llevó de nuevo suavemente junto a su nariz, para sentir el profundo aroma de aquel oloroso café, aquel aroma se metía con profundidad en sus entrañas, quedando Alejandra totalmente hechizada por él...

La muchacha quedó quieta y en silencio, y el camarero intrigado, observaba todos sus gestos que Alejandra hacía, sin poder apartar los ojos de ella...

Aún estando en las nubes saboreando aquel café, y con su vestimenta desastrosa, seguía siendo la mujer más atractiva de la tierra...

El camarero tomó en su mano el mando de la gramola musical, y puso música de los años sesenta,

aquellas letras que llenaban todos los espacios de melancolía e ilusiones, que hizo de aquel tugurio un lugar para soñar...

Era una simple melodía combinada con un buen café, todo aquel ambiente hizo que Alejandra viajara con su aroma, más allá de aquel tugurio maloliente, cruzando con su mente las fronteras, hasta llegar a los cafetales de Etiopía...

Allí en los posos del café vio su futuro escrito y después de un largo silencio, supo el destino que la vida le tenía guardado...

Olivia Cortes Rubio -Málaga/ España-

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