Ella, detenida en la puerta. Él, hacia el centro del salón y congelado. El cuerpo del padre en el sillón, al fondo. “Hace diez años me acosté con tu padre.”, revela ella como con una cierta melancolía y aferrando la puerta. “Una forma de poseer algo tuyo que no podías negarme. Y me seguí acostando”. Él le da la espalda: “Ya tenemos algo en común.
Mi padre, en mi niñez, también se acostaba conmigo.”
Del libro Bla, bla, bla, bla, bla sobre el amor
FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES
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