La cara mojaba
De melancolía
Y es que lloraba
Parar no podía.
Perdió a un ser querido
Su corazón estaba herido
No pudo superar la pena
Lo atribuyo a una condena
Era una complicada situación
Toda la clase observaba su emoción
Con morbo, inquietada quedó
Empecé a llorar, hasta yo.
Pero se quedó con el chasco
Tuvieron que chupar del frasco
Porque la música sonó
Y todo lo sanó.
Ahora vive feliz
Cual perdiz
Reside en la costa
Comiendo langosta.
Es gran trabajador
Al igual que predicador
Tiempo dedica a los suyos
Lo que le gratifica y da orgullo.
Es un hombre corriente
Incluso buena gente
Desaparecerá un día
Pero lo hará con alegría.
JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-
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