¿Por qué me olvido siempre de de las cosas más comunes?
aquellos hijos que jamás tuve,
el libro que aún no publiqué...
Y de los árboles que si planté y no regué
eso si, fueron muchos... ¡pero también los olvidé!
¿Por qué recuerdo mi infancia turbulenta,
mi adolescencia alocada y sin frenos,
al cielo con nubarrones tormentosos
y este "culo" de tan mal asiento...?
y mis ojos sopesándolo todo...
Hoy me siento a la sombra serena
de un ébano y reflexiono...
¡quisiera enmendad tantos entuertos!
creo que aún hay esperanzas...
que todavía no es tarde... ¡qué estoy a tiempo...!
Pues la llave de esas puertas que casi siempre fracasan
frente a tantas pupilas que hay colgadas...
serán la obra y la paciencia de un buen cerrajero,
el que ante la admiración del neófito las abra...
Mi mano firme y con la ayuda incondicional del creador
y la paciencia de un elefante...
casi todo se arreglará... ¡todo se restituye...!
RAFAEL CHACÓN MARTEL
No hay comentarios:
Publicar un comentario