lunes, 18 de marzo de 2019

INMENSA MANSIÓN... JAMÁS SOÑADA POR UN PASTOR


Estaba allí, exacto, sin hora,
en el centro de aquel oasis: -majestuosa mansión-
jamás soñada por un pastor, con buen gusto diseñada
existiendo en la existencia pasajera.

Ahora la disfruto, reflexiono y me pregunto:
¿Dónde estabas aquellos inviernos tan fríos?
si por ventura te hubiese visto, me hubiese dado
miedo hasta de tocarte... pues yo en mi gran
ignorancia solo creía que esto sólo existía
en los imaginarios cuentos de hadas.

¿Dónde está ahora mi inocencia de mi niñez?
pues ahora que la disfruto, la parpo y lo veo...
pues como que tampoco me lo creo: cuando por decir algo,
los cuartos de baño, se habla de ellos en plural...
pues se trata de varios... cuando yo en mi infancia
pobre de mi... el único que tenía era: "el cielo raso".

Pero una cosa es segura: -que no estoy nada de acuerdo,
que unos no tengan nada y otro tengan tanto-
Esta casa tan grande, tan desconocida,
que en ella, al recordar sencillamente se pierden
las palabras que están ligadas a las cosas...
y las cosas permanecen, sin nombre,
manifiestas, persistentes en la memoria...
Dueños de qué, dueños de nada: un espacio que nos abarca y nos oculta.

Rafael Chacón Martel 

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