He aquí el hombre que sembró -banderas-
sembró banderas blancas y verdes por mi tierra,
y por sembrarlas encontró la muerte...
mientras de su sangre nació una Andalucía nueva...
-Caparros- le llamaban, amasador de pan,
alfarero de luz, ingeniero de masas,
portador de la verdad y la esperanza
de su propia semiente hasta la eterna
condición de la palabra.
Este hombre que con su inocente sangre
supo unir las masas para que bajo una única voz
luchara el pueblo andaluz por su bandera
blanca y verde, su pan y su libertad.
Quiso que los andaluces repitieran con una sola palabra
aquellas que escribiera Blas Infante:
-andaluces levantaos, pedir tierra y libertad,
sea por Andalucía libre España y la humanidad-.
El pueblo andaluz que nunca puede dormirse,
y dejar de reivindicar lo que tiene conquistado ya...
que trance, su cuerpo con la ausencia,
el que raja el dolor con una hogaza de pan.
Es el que un día 28 de febrero conquistó su libertad,
-de tantos como quedan atrapados
en la redondez opaca de los años-
desanda la calle del olvido y le recuerda al pueblo andaluz
que aun existen lobos que no se han dormido...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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