Podré perder la cabeza,
más allá del umbral de la línea del horizonte,
pero no porto ni una sola pieza,
y no te podré pagar Caronte.
Remontar la Estigia podré,
sólo y como polizonte,
y muy a tu pesar,
del Hades regresaré,
pero sin pagar.
Bastante tiene uno,
con recibir a La Parca,
y a lo sumo,
subirme en su barca,
Pero ¿pagar?,
¿y por navegar?,
y encima morir sin rechistar,
¡Anda ya!,
Parca, Caronte y Satanás,
que si me venís a buscar,
no vayáis a errar,
estaré en el bar,
esperando,
por si queréis pagar.
Santiago Ricardo Hernández Sáez -Murcia-
Publicado en Acantilados de papel
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