El cielo se multiplica y rompe a llorar,
el atardecer es de pólvora,
las guerras internas
no cesan de crear cuerpos sin vida,
el hombre se vuelve sinuoso
y la hierba crece tan despacio que la historia tropieza y cae
entre los brazos del sinsentido.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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