Podemos quedar en un poema,
al amparo de versos sencillos,
de escasa pretensión
y mayor mesura.
Sí, quedemos en un poema
y que las palabras
nos traigan la tarde, el paseo,
el ruido de un río junto a tu oído,
el silencio al que obliga un beso
puesto en los labios.
Santiago Tobar Esquinas -Alcorcón-
Publicado en Acantilados de papel
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