Hay lugares, donde las mujeres hablan con las manos
Se habitan entre ellas y crean su propio lenguaje
El de los cuerpos y las líneas
Juegan contigo al escondite
Y entre las sombras sus manos deslumbran como flashes
Hay lugares donde las mujeres han dejado de hablar
Para sentir la lengua de los otros
Miran con las manos y guían al mundo
Guían al perro
encienden las luces del vecino
Una ciudad encendida por una mano que habla
Una mano de mujer te toca la frente
Las dos sentadas a la luz de una vela
Están las manos para entendernos por dentro.
Ingrid Bringas -México-
Publicado en Periódico de poesía 94
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