Me gotean las pupilas,
soy océano y soy mar.
Inundo a todo el que mira,
y al que, se ve resbalar.
El rocío de agua fría,
vive en mí, con el despertar.
Contagio todas las brisas,
con el lamento y suspirar.
Soy la melancolía,
sólo espero un regresar.
Vivir con esa alegría,
que sentí, antes de comenzar.
Mis ojos sólo suspiran,
enrojecen lente ocular.
No distingo sol que brilla,
ni silueta sin formar.
Lágrimas escurridizas,
hacen en mí, manantial.
Me ahogo con la paliza,
de cada simple moquear.
Me gotean las pupilas,
soy río de un recital.
Aguardo en la colina,
donde al fin, respirar.
¡Qué paz!
Ricardo Campos Urbaneja.
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