domingo, 19 de febrero de 2017

ENCANTO DE LLUVIA


En los declives
de la noche
te escabulles
limpia, sin rastro
a estos apuros caóticos.

Durante la vigilia
de los ojos
cubres de rara madeja
vibrante con penumbras
de incognitos matices y lirios.

Cuando eterna
la luciérnaga de plata
llama al ventanal
sola ya, sin el meridiano
resplandor, huye tu encanto.

Dentro el trinar
aguerrido de los amaneceres
ya distante, difusa
esparces tu sonrisa cual
presagio de vendavales.

Así, íntegra eres
qué importa el planeta más lejano
ni la piedra ausente donde solía
reposar mis pasos cansados
cuando arreciaba la lluvia infernal.

Orlando Ordóñez Santos.

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