domingo, 19 de febrero de 2017

EL CIENTÍFICO LOCO


Un humo blanco ascendía por el tubo de ensayo. La mezcla funcionaba. Había logrado el éxito. Ahora buscaría alguien para ver si los resultados eran los esperados. Necesitaba dos personas: un hombre y una mujer. Y además una pareja de animales. Buscó en su agenda. Tachó varios nombres. Ahora tocaba convencerlos para que se sometieran a la prueba. En última instancia él estaba dispuesto a hacer la prueba. Confiaba en que todo saldría bien. Sus colegas tendrían que retirar todas las palabras que dijeron en su contra. ¡No estaba loco! Además la prueba se realizaría ante la prensa para que llegará a todo el mundo. Hizo las llamadas. Solo una mujer aceptó. Quedaba buscar la pareja de animales.
Cinco días después todo estaba preparado. Cadenas de televisión de todo el mundo recogerían el experimento. Sentado en dos grandes sillones estaban el científico y la mujer rodeadas sus cabezas con cables de un intenso color rojo. Junto a ellos un perro y una gata sujetos por gruesas correas y sus cabezas rodeadas de cables verdes. Ambas parejas unidas por cables negros. Un joven ayudante vertió en la boca de los cuatro un líquido rosa.
Media hora después en la habitación solo había cuatro animales.

JOSÉ LUIS RUBIO

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