- Dicen que hay gente que regresa de la muerte-
-¿Conoces a alguna?-
-Sí, a muchas. Algunas aún viven.-
-¡Ah sí!.-
-¡Sí!-
-Dime a quién.-
-Yo por ejemplo.
-¿Tú?-
-¿Cómo es eso?, no entiendo.-
-¡Sí. Yo!-
-Te explico, recuerdas a aquella chica la del 16...-
-Sí la recuerdo.-
-Ah pues ella, recuerdas que jamás me correspondió amorosamente...-
-También lo recuerdo.-
-Ah pues bien, uno muere, muere en la espera;
se muere en la fina indiferencia; uno se suicida
en el amor no correspondido; se practica la
eutanasia en la que el corazón deja de latir
pero no de sentir, es el exceso de sentir cuando
viene el infarto; es el tiempo que pasa sin dejar
huella en el alma; el tiempo agonizante de cada
suspiro; es ese diario vivir sin consuelo ni amor que
de alivio; hasta que uno muere, muere en la espera;
se muere en la indiferencia…-
- Pero el día llega, en que el muerto despierta,
resucita, revive; claro está que esto sucede después
de un tiempo; el tiempo es vida; la vida es tiempo;
el tiempo es cura; el tiempo lo cura todo…y también
revive.-
-Y al tercer día regresé de la muerte, que todo
lo había convertido en caos; regresé alegre y más fermentado, listo para morir de vez en cuando…-
GILDARDO CARRIÓN
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