Ardes apasionadamente
encarnada en tu pecado y tu inocencia
porque estás llena de deseos
en la prisión de tu cuerpo
que tiembla ante la aparición
de la danza del amor.
Mañana vestirás de ¡Piel y Fuego!
y aprenderás que la sangre canta
en el silencio abierto de los ojos,
y que el corazón tiene color
en el brillo de tu pecho.
Toco tu cintura...
para abrir las puertas al amor
y tocar con mis labios
los caminos de tu desnudez;
porque en ti
el amor y el deseo no tienen límites.
Sacudo las sombras de mi lecho
y pienso que fui hecho para amar.
Por eso hoy, quiero saborear
las caricias de tus labios,
devorando de tu pecho
las Estrellas de tu mundo
y entrar a tu infierno de locura
para que el movimiento
que nace de tu vientre
haga sucumbir mis devorantes manos
cuando indomable me pidas
¡Amar y ser Amada!
Ysidro Parra -Venezuela-
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