Y transitaba un camino
con mis pisadas cansadas...
con mi mente ocupada
y quizás con una lágrima
atrapada en mis pestañas...
entonces tu me abordaste
y dijiste muy bajito:
¡QUIERO CAMINAR CONTIGO
Y QUE MI LENGUA SEQUE
TUS HUMEDADES!
Yo no sé lo que sentí
pero sentí...
y lo sentí profundamente.
ARLETTE TEJADA
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