He abierto los ojos
pero no veo las señales que me digan
si es este el buen camino.
He puesto en vigilia los oídos
para escuchar la voz indicadora
de quien – espero –
me guíe hasta el tesoro.
He dispuesto mi mente y mi corazón
para descifrar los tiempos y los modos
de continuar creciendo y dando fruto.
Pero el Maestro aún no habla.
Quizá me esté enseñando la virtud de la paciencia.
Del libro "El Juglar" de
Daniel Allaria Oriol -Argentina-
Publicado en la revista Arena y cal 181
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