Sueños que estáis tan rotos,
dormidos, confundidos como noche,
los muertos en las fotos,
el miedo y el derroche
de sombras de rencor como su broche.
Sueños sin inventarse,
vahidos de perversas añoranzas,
espejos de mirarse,
las dóciles templanzas
que mueven a verdad sin alabanzas.
Sueños tan despiertos
que buscan en su paz su propia guerra;
corazones abiertos
tirados en la tierra,
la dulce mortandad, la que aferra.
Julio G. del Río -Valencia-
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