En otra de mis vidas fui
recolectora de frutos
me perdía entre las encinas
y recogía sus bellotas.
En cestas de esparto trenzadas
iba poniendo los madroños,
también las uvas, aceitunas...
En un cuenco de cerámica
machacaba las bellotas
conseguía buena harina
con la que hacíamos comida.
Otras veces la corteza de la encina
junto con su fruto, era....
un buen cicatrizante para heridas.
En aquel entonces ya tenía
monedas de plata, y cobre,
eran buenas para el comercio
Signaris, escribíamos con signos.
En ocasiones ceremoniosas
cubría mi cabeza, y una capa
de buena lana me abrigaba
para el frío de mis pies....pieles,
Aullaban los lobos en la noche
y los jabalís arrasaban las cosechas
Para el campo teníamos azadas y arados
y trabajamos también el lino
me peinaba con pequeñas trenzas
a la vez recogidas en moño.
Nuestros animales los caballos
eran para nosotros indispensables.
¡los romanos nos abolieron!
también la lengua ibera…
tenía conexión con el vasco.
Y bajo esta villa ibera, hay restos
de mi otra vida, cuando yo era
recolectora de frutos, junto al río,
el Ter, ahí estaba mi poblado
Mª Carmen Palma
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