Déjame buscarte en el desierto
deja que me queme en sus arenas,
deja que se vayan ya, mis penas,
que se eleven al cielo, al infinito.
Permite que el cambio de los vientos
y el eco ensordecedor de mis temores,
animen el canto imperceptible,
que danzan las dunas, en sus coros.
Déjame, que busque en el desierto
las formas de mi mal, que es mal de amores,
arenas de un desquicio afortunado,
recuerdos de tu ayer…que quema tanto.
DARWIN I. FLORES VARELA
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