Nada me aflige ya
Y nada me perturba esta mañana
levántate para ofrecerme vino
mi boca es una rosa de pétalos abiertos
que se convierte en llamarada.
Derrama el vino del amor
Mañana ya quizá estaremos muertos
Y hoy abres ese cántaro destino
Para apagar mi sed y mi dolor.
Dame tu boca tibia y entregada
Con ese gusto a uvas y a pecado.
Abre mi cuerpo todo y dame andar en tu camino
Mira mi bien el día se ha plegado
Sobre nuestra ventana.
¡Escancia vino!
María Itza (Argentina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario