Si prestas atención te darás cuenta
que los ojos de la noche se cierran
apenas sale el sol para esconderse
en un cuarto destruido por el humo,
donde solo duerme el deseo
de morir de un golpe,
un disparo,
una botella rota en el cuello
que te lleve a un mar de calma.
EMILIA MARCANO QUIJADA (Ciudad Ojeda-Zulia-Venezuela)
Publicado en la revista Gaceta Virtual 103
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