viernes, 3 de julio de 2015

AÑORANZAS


Horas mías pasadas al calor de mis rosas ya perdidas,
Océanos desbordados se han llevado mi vida.
Voy por este camino arrastrando un amor que nadie quiere
Y mis sueños de amar ya casi mueren.
¿Quién le cerró las puertas a la dicha, a la vida?
Mi corazón atesora un secreto que duele como herida.
Y el peso de cargarlo ya casi no me agobia, es mi persona
la que llora en silencio y pide calma a aquel que la enamora.
¡Ay la triste inquietud que desespera hundida en su tormento!
Manando sangre cada vez que lee cada uno de tus versos.
Soy esa soledad que arrastra su ilusión y su condena,
celosa hasta del aire que respiras, celosa de tu pena.
¡Ay, anhelos secretos que no puedo decir y que me ahogan!
¡quién pudiera mostrarte lo que en mi ser provocas!
Y te miro en mis rosas que te escuchan y lloran en mi nombre
Y quiero ser la mujer – rosa en tus manos de hombre.
Y ofrendar de mi vida lo poco que me queda de ilusión
Y los muchos deseos y promesas que guarda el corazón.
Porque sé que lo sabes he tejido con mi sangre estos versos
Y callaré mi llanto y apretaré mis ansias en tu pecho.
Después seré silencio pero en cada latido de cada poesía
Estarán mis amores presentes con cada rosa mía.
Por el tiempo que viva y el tiempo que te quede
Tú serás el silencio que me habita y me puede.

María Itza (Argentina )

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