Se terminan las hojas,
el bálsamo, el consuelo,
y mi epitafio, en blanco.
¿Me habré alejado de mí?
¿Seré tan poco?
No sé si continuar, pero es inútil
luchar con esa sombra que veo en el horizonte.
No me nombres:
si cierras los ojos, estaré.
Gonzalo Salesky
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 38
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