viernes, 31 de enero de 2014

LECTURA LIBRE


A los miembros del grupo Lectura Libre

No siempre mis lecturas fueron libres.
En mi niñez mis maestros
dirigían mis lecturas por el camino
de la religión y de la santidad.

A veces me hacía memorizar
alguna fábula de Samaniego
o algún interminable poema
que luego recitaba como un papagayo.

Después llegaron los tebeos
que compraba tío Andrés
porque en mi casa
no había libros de lectura.

Fui yo quien llené las estanterías
de novelas, de poemarios,
de comedias, de dramas,
de filosofía, de ensayos.

Ahora era yo quien libremente
elegía mis lecturas
yendo del poema comprometido
a la novela de acción.

Busqué libros que me enseñaran,
que me mostraran, la verdad al desnudo
haciendo que olvidara los cuentos
con los que me educaron.

Ahora sigo leyendo porque sin leer,
media hora o una hora o más,
la vida no tendría sentido
sería muy, muy aburrida.

Ahora entre mis lecturas libres
están mis propios poemas
que han ido ocupando
un lugar en las estanterías.

JOSÉ LUIS RUBIO

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