lunes, 19 de noviembre de 2012

VIVIR LA MUERTE DURANTE LA INFANCIA


El libro que se muere, Ricardo Chávez Castañeda, Norma, 256 pp., México, 2011.

Hay ocasiones en que los adultos nos extrañamos del comportamiento de los niños y, en vez de buscar en el cajón de herramientas que son nuestros recuerdos para descubrir su sentido, nos conformamos con simples “Así son los niños” o “Es un berrinche” o “Ya se le pasará”.
Muchas veces estas actitudes extrañas son el conjuro con que los pequeños intentan protegerse de lo que les da miedo o los angustia. En ocasiones ni siquiera tienen claro qué se los produce; sin embargo,
buscan, a su manera, apaciguarlo.
Por eso este libro es una buena lectura para que los padres lean junto con sus hijos. Una vez que los pequeños vean que sus temores son compartidos o parecidos a los de otros niños, será más fácil que
aprendan a vivir con ellos y, posiblemente, se atrevan a contarlos.
El libro que se muere relata y retrata estos miedos con las historias de niños que consiguieron dejar atrás lo que los turbaba. La niña que, por miedo a que sus papás se olvidaran de ella, llenó la casa con
su retrato y escribió su nombre en toda la casa; el niño que temía por sus papás, así que dejó de dormir para no perderlos de vista ni un segundo; el sacrificio de un niño —quedarse parado delante de la puerta— para que sus padres regresen con bien a la casa….
Pero este libro trata también de la muerte y de su descubrimiento en la infancia. Con escritura precisa y tierna narra la historia de un niño que se topa con un gato callejero atropellado y, a la postre, decide pasar con éste sus últimos momentos, descubriendo el poder de la compañía; la de la niña que, después de lavar a su conejo igual a como su mamá lava la ropa sucia, descubre que el animalito se murió y pregunta: “¿Y cuándo se acaba?”, refiriéndose a la muerte. O la de la niña que se hace pipí por temor a que, al abrir la puerta del baño, se la aparezca su abuelo recién muerto.
Todas las historias de El libro que se muere giran en torno al miedo y la muerte, y si bien habrá quien piense que no son temas para los niños, se equivoca.
El autor defiende, a través de sus relatos, la idea de que ante el descubrimiento de que la vida se acaba, siempre es mejor que los niños estén acompañados y tengan las herramientas para vivirlo de la mejor
manera posible.

Paulina Ugarte Chelén
Publicado en la revista Pluma y café 8

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