Invertir el curso de la naturaleza,
que broten las raíces hacia el sol,
que los frutos se conviertan en semillas,
que remonten los ríos a las cumbres
y sus aguas al cielo retornaran.
Que la luna despertara en la mañana
y la tierra, para siempre ser su esclava
y en estrella de su harén se transformara.
Invertir el curso de la vida entera,
que al nacer ya hubiéramos vivido
y morir con la figura de un recién nacido,
olvidar cada recuerdo siendo niño
y soñar de anciano un futuro pretendido.
Todo sería más fácil, más sencillo,
que amarte y ser querido,
que solamente ser tu amigo
Gustavo González -Valladolid-
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