domingo, 4 de noviembre de 2012

SERENATA




Ardiendo la mariposa
Muere en la llama que la cegó,
Como abrasado en el fuego
De tus miradas me muero yo.
Los ojos abre,
Por caridad,
Aunque me ciegue
Su claridad.
En mí los fija
Con ilusión,
Y muera, ardiendo,
Mi corazón.



Por ti en mi pecho las penas
Como las olas viene y van,
Y rugen y se estremecen
Como las llamas en el volcán.
Sigue en mí alzando,
Por compasión,
Las tempestades
Del corazón.
Darme la calma
Fuera crueldad.
Porque es mi vida
La tempestad.



Como el panal, niña mía
Tus rojos labios destilan miel,
Y dan aroma a tu aliento
Jazmín y rosa, nardo y clavel.
Tu habla es un canto,
Canto de amor,
Que abrasa en celos
Al ruiseñor.
Un beso, un beso
Que tú me des,
Y como un rayo
Morir después.

José Velarde
Este poema se publicó en La Ilustración Española y Americana el 30 de Noviembre 1892
Publicado en el blog José Velarde Yusti

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