Después del poema
el poema debe seguir y seguir
hasta el poema.
Mas si el poema no sigue
después del poema,
el poeta o bien flaquea
o bien es de papel
o bien de tinta.
No le creas al poeta
al que después del poema
se le concluye el poema.
No le creas
o bien creé,
en el mejor de los casos,
que flaquea
o que su ser tiene
interferencias,
mutilaciones, o huesos
indecisos
−sea Neruda o sea Thomas
Eliot−.
Después, después del poema
el poema debe seguir y seguir
hasta el poema.
De Aguas vivas de Eduardo Dalter -Buenos Aires-
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