Porque no sabemos donde la senda nos lleva
al menos hagámoslo
surtiendo de sonrisas a la marabunta.
Decir:
Lo que siento por ti,
una lluvia de melocotones de terciopelo,
un medallón de lágrimas de platino,
el ardor en la batalla,
el beso de un camaleón.
Decir:
La espuma de los días,
la lava que erosiona las caricias,
y la tristeza de las campanadas a morte.
Desnuda tu piel,
danza conmigo
y alquila el pudor a contracorriente.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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